Bueno, pues hoy llega uno de esos fatídicos días marcados en el calendario y no precisamente porque nos ocurriera algo bonito.
Hoy, hace un año, cruzaba la puerta de nuestra casa con nuestra pequeña en su sillita y mi embarazo en su semana 37.
Recuerdo llevar lo "básico" porque íbamos al centro de salud a que le hicieran un test de antígenos a 💜 Wonder Chloe 💜. ¡Aquello era covid! Es lo que nos habíamos repetido durante todo el día.
💜Wonder Chloe💜 no había mostrado grandes síntomas. Tenía un poco de febrícula, algo de vómitos y estaba un poco cansada. En otras circunstancias, nos hubiéramos conformado con el típico diagnóstico como "es un virus y lo tiene que pasar" pero digamos que, en aquel momento, el "sentido arácnido" de madre me decía que teníamos que acudir a que le vieran los profesionales. Tardaron poco en mandarnos al hospital de Plasencia porque además, vieron que Chloe tenía la faringe un poco enrojecida. Al saber eso, "respiramos". "¡Jolín, tiene faringitis!" Y ese diagnóstico sólo nos hacía pensar en que con unos antibióticos, todo iba a solucionarse.
La noche en Plasencia fue horrible. Cuando uno pertenece a este área de salud sabe que, cuando se va de urgencia al hospital, hay que prepararse como si se fuera de acampada porque el rato que pasas allí es impredecible. Hay buenos profesionales, sí, pero la rapidez brilla por su ausencia.
Aquella noche varios pediatras pasaron por nuestro cuarto. Test de antígenos e intento de analítica de sangre en varias ocasiones, sin resultado claro porque 💜 Wonder Chloe💜 es una niña muy complicada de pinchar (herencia de su madre). Al final, a las 6 de la mañana ingresamos en planta. Nos dejaron descansar por razones obvias: habíamos ingresado tarde y mi barriga también les indicaba la necesidad de descanso.
Ese sábado por fin pudieron hacerle la analítica a Chloe y le dejaron puesta una vía en el pie. Recuerdo que el resultado no tardó mucho y entró la pediatra en nuestra habitación. Su frase fue: "Mami, siéntate un rato en el sillón que mira, yo me voy a sentar en esta cama también". En aquel momento fui consciente del cambio de facción que se produjo en mi cara, de lo mucho que el corazón quería salir de mi pecho y lo único que supe hacer fue llorar. Ella intentaba calmarme. La verdad, fue una gran profesional comentándome los resultados de la analítica y dándome un rayo de esperanza diciendo que en algunas ocasiones esto se quedaba en algo normal. Lo único que había de certeza era que en la sangre de Chloe había células anormales que debían estudiar en Badajoz.
Queríamos ser positivos pero algo dentro de nosotros sabía que nos tocaba de nuevo enfrentarnos a un diagnóstico demoledor. Y, finalmente, no andábamos desencaminados.
Aquella vía que le cogieron en Plasencia, le dejó a 💜 Wonder Chloe💜 una marca considerable en su piececito, una marca que sigue latente, que no desaparece al igual que los sentimientos de impotencia, frustración, rabia, dolor...de INJUSTICIA.
Un año hace ya desde aquel momento y lo recordamos como si fuera ayer el día que salimos de nuestra casa para no regresar en mucho tiempo. Un año hace desde que vivimos con el corazón en vilo, la maleta constantemente hecha y totalmente desconocedores de cuál será el desenlace de esta lucha. Un año de intentar tener la mejor actitud posible, de mantener la esperanza y las fuerzas aunque estas, muy a menudo, flaqueen. Un año que nos ha puesto muy difícil ser totalmente felices con nuestros pequeños. Un año en el que no ha habido ni un sólo día en el que deseáramos que nuestra querida pequeña no hubiera tenido que enfrentarse a esta terrible enfermedad. Un año para, sin duda, olvidar.
Hoy, es un día duro, lo han estado siendo todos estos días anteriores especialmente cuando se iba acercando esta fecha. Y, como este día no puede eliminarse del calendario, no nos quedará más remedio que aprender a sobrellevarlo de la mejor manera posible.
Por lo pronto, hoy recibiremos visita de nuestros familiares y tenemos planes de bañito en nuestra piscina si el aire lo permite. Por lo demás, tenemos planteado un día de BENDITA RUTINA.
En fin, ya un año...
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